El mundo laboral de los padres

Trabajando con adolescentes he descubierto que con asombrosa frecuencia existe un profundo desconocimiento respecto de las actividades laborales de los propios padres. Algunos chicos, incluso, no logran dar cuenta con exactitud de la formación que sus padres poseen: no saben precisamente el título que han obtenido, donde se recibieron, si se han especializado, si iniciaron antes otras carreras y por qué no las finalizaron, etc. Al solicitar a los jóvenes estudiantes que describan que tareas ocupacionales llevan adelante sus padres he encontrado enormes dudas y dificultad para dar detalles concretos de sus responsabilidades diarias. Pero el desconcierto es significativo también al plantearles si estiman que sus padres se sienten gratificados con los quehaceres que desempeñan.

Esta actitud es, sin duda, mucho más explícita cuando nos alejamos de los roles tradicionales: médico, maestra, mecánico… Aquí se acentúa la imprecisión al intentar describir el trabajo parental. Es lamentable que esto sea así dado que “el mundo laboral de los padres” es una de las primeras puertas de ingreso al mundo adulto.

Fácilmente podríamos concluir que esto se debe a la escasa comunicación entre padres e hijos, pero está afirmación es genérica y como tal poco convincente como explicación. Tal vez la falencia resida en la calidad del diálogo, en la medida en que no permite conocer aspectos realmente concretos del trabajo. Sería interesante poder contestar posibles inquietudes tales como:

  • ¿cómo ingresaste a este trabajo?

  • ¿qué tipo de empresa/institución es?

  • ¿qué cargo específico desempeñás? ¿tenés gente a cargo?

  • es un emprendimiento propio? ¿tenés socios?

  • ¿tenés horario? ¿es flexible?

  • ¿cómo te pagan? ¿tenés ingresos fijos mensuales?

  • ¿tenés otros beneficios?

  • ¿el trabajo está relacionado con tu formación?

  • ¿cuál es tu título? ¿dónde lo recibiste?

  • ¿seguís estudiando? ¿qué?

  • ¿te gusta tu trabajo? ¿qué planeás para los próximos años?

A veces los adolescentes no logran dar forma a estas preguntas y por eso no pueden enunciarlas. Respetando el estilo de cada uno y sus tiempos, es conveniente generar espacios de intercambio que incluyan estas temáticas, las cuales seguramente funcionarán como disparadores de muchos otros temas e inquietudes particulares de cada individuo.

Como padres deberíamos asumir la responsabilidad de promover espacios adecuados para ampliar esta información tan vital. Los padres son los primeros modelos: también son referentes decisivos ejerciendo sus roles ocupacionales, es decir, como figuras adultas productivas.

por Cynthia Virginia Caldeiro